Vuelo a la infancia

Tal vez la llegada de tantos cables fue lo que les cortó el vuelo. Yo creo que sí. Fue esa  maraña la que impidió, hasta en los pequeños barrios, remontar los colores y las formas que la imaginación y la economía dictaban.

Pero hay que reconocer que no solo creció la ciudad, también ellos han crecido. Llegaron otros niños y con ellos nuevos juegos.

Sin embargo, cada fin de semana, en la costanera de Asunción, se abre una puerta al pasado. Juro que los he visto. Son niños que regresan de otras décadas, mita’i churi de pantalón cortito y rodillas peladas, que, disfrazados del adulto en el que se convirtieron enseñan a  sus hijos, a los niños de ahora, el mágico volar de las pandorgas.-




▲▼ "Pandorguear". Una tradición que se transmite de generación en generación y que emula a la vida misma: El padre enseña al hijo a tomar vuelo, hasta que este se anima a hacerlo solo... ▲En tiempos de Play Station y Xbox 360, "tener el control" puede resultar una gran aventura..Y todo un privilegio. ▲Como es costumbre, desde su apertura oficial al público, la ciudadanía se apropia del espacio de la Costanera de Asunción y revive la costumbre de volar pandorgas. ▲No importa la edad, tampoco si estás solo o acompañado. Pero...¿Qué mejor que compartir un rato así con alguien especial? ▲Volar pandorgas es también echar a volar la imaginación, la nostalgia y mantener intacta la inocencia propia de los niños. ▲Las cálidas y soleadas tardes más la brisa del río son la excusa perfecta. ¿Quién podría resistirse?
▲También hay pandorgas para olimpistas, cerristas, y hasta para fanáticos de Dragon Ball y Los Simpson. Diseños para todos los gustos, sin exclusión... ▲Dar liña es al mismo dar rienda suelta a la expectativa: "¿Se va a caer?, ¿Cómo domino al viento?" ▲Una vez dominada la técnica, todo es más fácil. Con paciencia y tranquilidad se logra el objetivo...
▲Además se puede remontar el barrilete en la comodidad de la blanca arena... ▲▼Y no faltan los "experimentados" en la materia que ofician de instructores para principiantes...
▲Lo bueno de las pandorgas es que no tienen reglas para su elaboración. Todo vale, hasta una simple bolsa plástica, que puede ser perfectamente reutilizada, favoreciendo así al medioambiente. ▼ Los vendedores están ubicados al costado de la playa de la Franja Costera, a la vista de todos, y hacen "su agosto", incluso en octubre...Nos despedimos de la ribera capitalina con una sonrisa, y una puesta de sol en el cielo ocupado por pandorgas y cometas..Hasta el próximo vuelo!