La carreta campesina no recorre caminos,
con su lento andar, este "Rancho que camina" forma parte de ellos.
Es así como a su paso la estampa de esta tierra cobra vida:
late en las pisadas de los bueyes,
gime en los ejes de las ruedas,
canta, en el silbido del tropero “hi´aïtema ñaguahé”...