Los hombres se van, y las cosas que abandonan tejen telarañas mientras esperan su regreso. Si sobreviven, (al sol, la lluvia, el destiempo y el olvido) estas cosas quedan cubiertas de una melancólica belleza.
En las Ruinas de Trinidad del Paraná, a unos 30 km de la ciudad de Encarnación, la grandiosidad del pasado es adornada por frágiles florecillas del campo, por brotes que nacen de la roca: distracciones de la espera, esperanzas.-
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1 comentarios:
En los restos del pasado quedaron atrapadas las vivencias de los hombres, pero la gran mayoria de los hombres lo desconoce...
Un abrazo, amiga
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